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Cómo cuidar las rodillas: Consejos útiles

    Las rodillas son una de las articulaciones que más problemas o lesiones dan a las personas, sobre todo cuando se llega a mayor. Cómo cuidarlas y sus secretos son las claves para evitar los esguinces, tendinitis y distensiones musculares de las que hablábamos antes. 

    Muchas veces, y sin darnos cuenta, forzamos nuestras rodillas, corriendo sin preparación, por ejemplo, o con movimientos demasiado bruscos. También la obesidad o los problemas de sobrepeso hacen que las forcemos más de la cuenta, por lo que es muy importante mantener el peso a raya.

    Pero, ¿cuáles son las lesiones más frecuentes que sufren nuestras rodillas? El esguince, la distensión muscular, también conocida como desgarro de músculos o tendones, la tendinitis, las lesiones de menisco y la dislocación de la rótula.

    Es por ello que tenemos que cuidar muy bien esta parte de nuestro cuerpo sin forzarla, y así lo recomiendan los expertos. En este caso, Eduardo González Zorzano, médico de Cinfa, nos dice que: “Para prevenirlas, debemos tomar una serie de precauciones tan sencillas como controlar nuestro peso o calentar correctamente antes de realizar cualquier deporte. Por ejemplo, correr de una manera demasiado intensa sin la preparación física adecuada puede dañarlas seriamente. El entrenamiento siempre debe ser gradual y acorde a nuestra condición física”.

    Si quieres cuidar adecuadamente las rodillas, sigue nuestros consejos:

    • Prestar atención a la dieta. Los médicos recomiendan llevar una dieta sana y equilibrada para velar por nuestra salud. También recomiendan tomar alimentos con vitaminas A, C, D, calcio y ácidos grasos Omega-3. Y es que, como ya hemos dicho anteriormente, hay que vigilar mucho el peso para no forzarlas. Debemos tener en cuenta que cada kilo de más que hayamos cogido, ejerce cinco kilos extra de presión sobre la rótula al bajar o subir escaleras. Pero al contrario, al perder 5 kg disminuyen en un 50% los síntomas relacionados con los dolores de rodilla.
    • Realizar ejercicio de forma moderada. Es muy importante antes de realizar cualquier actividad física, llevar a cabo un calentamiento en condiciones para evitar lesiones. Del mismo modo, es crucial no hacer sobreesfuerzos con el deporte, y realizar estiramientos al finalizar. Si no estás habituado a hacer deporte, los más adecuados son la natación, la bicicleta y caminar a paso ligero. La bicicleta o la natación no sobrecargan la musculatura, pero sí permiten ejercitarla.
    • El calzado también hay que vigilarlo. Llevar un buen calzado es fundamental. Con ello, nos referimos a llevar el pie bien sujeto, con zapatos de buena calidad que no nos hagan forzar posturas. No es bueno llevar tacones demasiado altos y finos, tampoco ir en planos o con una suela muy blanda. El tacón medio y ancho en el caso de las mujeres, o un zapato que sujete el pie con una buena suela en el de los hombres, es lo más recomendado.
    • Utilizar rodilleras terapéuticas en el caso que fuera necesario. Si notamos dolor o necesitamos tratar una lesión leve, lo mejor es no prescindir de ellas. También son muy útiles en el caso de prevenir lesiones. Lo ideal, consultar con los especialistas para ver el tipo que mejor te va.
    • Para evitar el dolor tras una lesión, y por supuesto después de acudir al médico y seguir al pie de la letra sus recomendaciones, lo mejor es tratar la zona con alternancia de frío/calor, con lo que conseguiremos aliviar el dolor.

    Si nunca te habías parado a pensar en las rodillas, recuerda que cuidarlas es fundamental, ya que es una parte de nuestro cuerpo delicada.

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